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Descubriendo V: Citygroup Center
14/12/2012
El Citigroup Center, inaugurado en 1978, es uno de los rascacielos más altos de la ciudad de Nueva York y alberga la sede de uno de los bancos más importantes de los Estados Unidos. Desde el primer momento, el edificio rompió con el prototipo de rascacielos convencional, ya que en vez de terminar con un techo plano, lo hicieron con una cubierta inclinada a 45º. Pero esta transgresión arquitectónica para la época, no fue lo único raro a destacar.
Resulta que Citigroup compró el terreno a la iglesia Luterana de San Peter, que por aquel entonces ocupaba una de las esquinas del terreno, permitiendo que la derribasen a cambio de que como parte del proyecto, se levantase una nueva iglesia justo en el mismo sitio donde se encontraba.
Era un gran reto, ya que la iglesia debería ser totalmente independiente del edificio. El ingeniero estructural del proyecto, William LeMessurier, buscó una solución para tal inconveniente resolviendo asentar el edificio sobre cuatro enormes columnas de 35 metros de alto.
Durante el proceso de construcción, y para abaratar costes, se optó por sujetar las 200 juntas estructurales mediante pernos en vez de mediante soldaduras como estaba previsto. Esta modificación se hizo una vez aprobado el proyecto, y tras ella, no se rehicieron los cálculos.
Estos cambios en la estructura, podían haber provocado una de las mayores catástrofes ocurridas en Nueva York, de no ser por una curiosa alumna de LeMessurier, la cual le preguntó por la estabilidad de la estructura en caso de vientos fuertes.
Lo barato, había salido caro. LeMessurier descubrió que si vientos de una fuerza de 113 km/h soplaban sobre dos caras del edificio al mismo tiempo en un ángulo de 45º, este, estaba en peligro. Y el peligro era inminente, ya que se avecinaba la temporada de huracanes.
LeMessurier rehízo sus cálculos y puso a trabajar a un escuadrón de obreros que, durante tres meses se dedicaron a soldar placas de acero de 6 cm de grosor sobre las 200 juntas estructurales débilmente atornilladas, consiguiendo reforzar así la estructura.
Este caso, que hasta 1995 no salió a la luz, podía haber sido caro y catastrófico, ya que de no ser por la pregunta de aquella alumna, la mole de 279 metros de altura se habría desplomado a causa de los vientos huracanados.